La pasión no sabe ni debe saber de programaciones
Julia estaba totalmente inmersa en su fantasía, la misma fantasía con la que se había estado masturbando furiosamente a lo largo de los últimos 3 días. Proseguía frotando su coño con sus temblorosos dedos por la parte interior de las bragas. La otra mano estaba ocupada estrujando y masajeando sus tetas.