Sentirse deseado es un afrodisiaco potente, tanto en hombres como en mujeres. En virtud de esto, haz lo que te sirva para sentirte de esta manera. Si el pijama de polar o las Crocs con calcetines van en desmedro de tu sex appeal, te invito a que hagas algo al respecto.
Tendremos que aprovechar al límite el tiempo que compartamos, juntos vamos a ser tan buenos amantes que nos quedaremos con ganas de hacer muchas más cosas. Espero tu llamada … estoy ansiosa por verte y encontrarme contigo.
Mi nombre es Vanessa, una puta canaria que desde hace ya un tiempo radica en la capital española. Joven, guapa y alguna de las palabras que me describen mejor son: mimosa, dulce y cariñosa. De mirada risueña y como dicen ciertos, de rostro angelical …
No caigas en la tentación (aunque siempre puedes hacerlo después) de seguir leyendo puesto que precisas hacer la práctica… si no ¿para qué exactamente adquiriste este blog? ¿Para qué exactamente has llegado hasta aquí en tu lectura? ¿No es para cambiar aquello que no te agrada de tu sentimental?
Soy Berta Montsolis, una prostituta catalana extrovertida y alegre a la que le gusta disfrutar de los placeres de la vida y de la compañía de caballeros educados y prudentes con los que compartir intensos instantes de sensualidad y relax.
Tampoco resulta demasiado positivo llegar al instante del acto sexual y que alguno de los partícipes se niegue, por simples inseguridades, a quitarse alguna prenda de vestir pues esto supone un bajón increíble.
En el momento en que nos preguntamos: ¿Qué me apetece hacer?, responde nuestro deseo. En el momento en que nos preguntamos: ¿Qué soy capaz de imaginar?, responde nuestra fantasía. La fantasía es al deseo lo que la ropa es a cómo me visto. Tomemos un ejemplo.
No te lo pienses más y llama a Diana. Sus caricias y sus besos te llevarán a la gloria. No te arrepentirás.
Qué va a estar haciendo, no contesta el celular, ni el teléfono de la casa, además en general regreso de las catas hacía la media noche, será posible que se haya ido con un señor porque no me esperaba antes de dos horas. ¿Va a estar en la casa fornicando y de ahí que no oye el teléfono?
Esto la volvió desquiciada y puso mi mano en su vagina, supe que era instante de comenzar a utilizar los dedos, estaba muy mojada. Yo proseguía pensando Oh mierda ¿en serio estoy haciendolo? Mas no quise pensar mucho y arruinar el instante.
