Candente jovencita canaria
Al llegar, ingresaron a una mediana habitación sencilla si bien costosa, que tenía cama, TV, música, un cilindro de baile y un baño. Una prostituta empezó a besarlo, estaba excitada, era como si estuviese recibiendo un regalo muy esperado. voy a cambiarme… ya vengo… le afirmó.
